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Es la hora del recreo. Las niñas y niños juegan como en cualquier escuela: se persiguen, se abrazan, se sientan en rueda, inventan mundos. Pero lo hacen en silencio, donde las palabras se dibujan en el aire y las emociones se manifiestan con las manos, con el rostro y la mirada. Es la Escuela Especial Santiago Apóstol, un establecimiento que no solo educa, sino que transforma vidas de estudiantes con discapacidad auditiva a través de la lengua de señas.

El proyecto educativo de la Escuela Santiago Apóstol se construye sobre un enfoque que reconoce a las personas con discapacidad auditiva como parte de una minoría cultural y lingüística, con derechos propios y una lengua natural: la lengua de señas, que la interpretan docentes, asistentes y adultos sordos que actúan como referentes de una cultura rica y diversa.

Con alrededor de 80 estudiantes y un índice de vulnerabilidad del 100%, el desafío de este establecimiento y su comunidad educativa no es menor. Muchas familias enfrentan barreras económicas y lingüísticas que dificultan el acceso y la participación. Pero allí, cada obstáculo es una oportunidad para tejer redes, tender puentes y abrir caminos.

Hasta este establecimiento llegó el equipo del Servicio Local de Educación Pública Santiago Centro, como parte de la visita técnico pedagógica que lleva a cabo desde fines de abril en los distintos establecimientos municipales de la comuna de Santiago. La visita tuvo como objetivo conocer en terreno al equipo directivo y docente de la escuela, así como establecer un diálogo que permita fortalecer la participación activa de todos los estamentos de la comunidad educativa. La jornada fue guiada por la directora de la escuela, Alejandra Polanco, y contó con la presencia de profesionales del SLEP, entre ellos Cecilia Ramírez coordinadora de la Unidad Técnico Pedagógica (UATP), Gonzalo Pichara, jefe de gabinete, y Carolina Cornejo, coordinadora de gestión institucional.

Durante el recorrido, las autoridades pudieron interiorizarse sobre el proyecto educativo institucional de la escuela, cuyo sello distintivo es la promoción de la Lengua de Señas como primera lengua, y el español escrito como segunda. Esta propuesta pedagógica, sustentada en un enfoque socio-antropológico de la sordera, busca formar personas sordas autónomas, diversas y comprometidas con su aprendizaje y cultura.

Fundada en 1960, la Escuela Santiago Apóstol ha evolucionado desde una enseñanza oral-verbal hacia un modelo que reconoce la identidad sorda como parte de una minoría cultural y lingüística. Actualmente se encuentra ubicada en los terrenos del Internado Nacional Barros Arana (INBA). La Escuela cuenta con nivel parvulario y básico, por lo que las y los estudiantes ingresan con edades de 3 a 16 años en los niveles correspondientes. La atención se realiza en grupos
curso de máximo 8 niños por sala, donde una profesora diferencial y/o especialista en audición y lenguaje, se hace responsable del proceso pedagógico.

Por otro lado, este establecimiento cuenta con un equipo interdisciplinario integrado por psicólogos, asistente social, fonoaudiólogos y terapeuta ocupacional, a fin de apoyar la labor docente.

“El trabajo que realiza la Escuela Santiago Apóstol es fundamental para garantizar el derecho a la educación de sus estudiantes, en su lengua natural y respetando su identidad cultural. Como SLEP Santiago Centro, nuestro compromiso es acompañar y apoyar sus procesos, asegurando una educación inclusiva y de calidad”, señaló la directora ejecutiva, Paulina Retamales.

La visita concluyó con el compromiso de coordinar reuniones con distintas áreas del servicio local —como infraestructura, jurídica y tecnología— con el fin de levantar necesidades y proyectar mejoras para la comunidad educativa.