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En el marco de la Tercera Conferencia de directoras y directores de los Servicio Locales de Educación, expertos coincidieron en la relevancia de la actualización curricular como un eje fundamental para mejorar la enseñanza y el aprendizaje en las aulas. 

La actualización curricular es el proceso de revisar, ajustar y mejorar los contenidos, enfoques y metodologías de enseñanza para responder a los cambios en la sociedad, la ciencia, la tecnología y las necesidades de los estudiantes. Busca garantizar que el aprendizaje sea relevante, significativo y acorde a los desafíos actuales y futuros. 

Viviana Castillo, coordinadora nacional de la Unidad de Currículum y Evaluación del Ministerio de Educación, una de las ponentes de la jornada explicó que “en este espacio abordamos y reflexionamos con los equipos algunas claves centrales con respecto de cómo abordar la toma de decisiones pedagógicas y curriculares a partir de los procesos de apropiación curricular, de contextualización del currículum y de consideración de la evidencia evaluativa para poder así diseñar propuestas pedagógicas que permitan resguardar las trayectorias de aprendizajes de las y los estudiantes”. 

Al respecto, Alexis Moreira, jefe de la División de Desarrollo Educativo de la Dirección de Educación Pública (DEP), enfatizó que el fortalecimiento del aprendizaje en el aula requiere el desarrollo de capacidades en el sistema educativo. «Es fundamental impulsar el desarrollo profesional de los equipos de los servicios locales, directivos y docentes. Si hay capacidades instaladas, los procesos de mejoramiento serán sostenibles», aseguró.  

Por su parte, Paulina Retamales, directora del Servicio Local Santiago Centro, resaltó la necesidad de actualizar el currículo ajustando objetivos de aprendizaje y reforzando asignaturas en función de los contextos globales y territoriales. «Fortalecer la enseñanza implica co-construir procesos pedagógicos que atiendan a la diversidad de cada sala de clases. Las decisiones deben tomarse en base a las necesidades e intereses específicos de los estudiantes, considerando no solo los resultados académicos, sino también sus aprendizajes previos, intereses y realidades territoriales», indicó.  

Asimismo, subrayó la importancia de complementar esta formación con el apoyo de las familias, consolidando un trabajo conjunto entre el hogar y la escuela. 

Experiencia de los SLEP  

El jefe de la División de Desarrollo Educativo destacó que el encuentro permitió además conocer experiencias de los Servicios Locales sobre la política de reactivación en áreas clave como: convivencia y bienestar, asistencia y revinculación, gestión pedagógica y fortalecimiento de aprendizajes. «La idea es que los distintos servicios puedan replicar estas experiencias en sus territorios y trabajar con las comunidades educativas», explicó. 

El SLEP de Llanquihue fue uno de esos ejemplos, el que compartió la experiencia que han desarrollado para fortalecer la convivencia escolar y mantener espacios seguros en los establecimientos educacionales. 

“La salud mental y convivencia escolar es un eje fundamental de la política de reactivación. El desarrollo de una estrategia para ver en específico esta temática ha sido bien recibido por las comunidades educativas, porque no solo se trata de la convivencia escolar, es la convivencia educativa porque tenemos que mirar las relaciones interpersonales, partiendo desde los apoderados, docentes, asistentes hasta los estudiantes, porque todos hacemos una comunidad sana. Todos somos parte y responsable de esto”, expresó Claudia Trillo, directora ejecutiva del Servicio Local de Llanquihue.  

Juan Carlos Olguín, subdirector jefe de la Unidad de Apoyo Técnico Pedagógica del SLEP Llanquihue, manifestó que el trabajo de convivencia escolar que han llevado adelante “es una estrategia que recoge, desde las comunidades, un diagnóstico profundo, detallado y realista que da respuesta a la política educativa emergente”.